3 de enero de 2007

Obesidad infantil...es una preocupación de todos.

Si hay algo de lo cual debamos preocuparnos es saber que están comiendo nuestros hijos...¿Por que ha aumentado el consumo de tantos alimentos no sanos ?.....¿Serán un premio o un castigo?...En los últimos veinte años, la presencia de la obesidad en los niños ha aumentado bruscamente, especialmente en los países más desarrollados. El aumento se explica, básicamente, por la alimentación pobre en alimentos sanos y la vida sedentaria....recuerdo cuando era niña comer dulces o papas fritas era para ocasiones especiales... osea casi nunca... jugar en la plaza, andar en bicicleta ...le faltaban horas al día para seguir jugando.. hoy todos estos juegos han sido cambiados por una pantalla de computador. La obesidad fue reconocida como una enfermedad crónica de carácter epidémico por la Organización Mundial de la Salud el año 1997. Lamentablemente, en nuestro país esta patología no es reconocida como tal a pesar de que cada día adquiere características más preocupantes, especialmente en niveles socioeconómicos más bajos, asociándose actualmente esta enfermedad como un nuevo indicador de pobreza. La obesidad junto con aumentar la mortalidad general y deteriorar la calidad de vida de quien la padece, se asocia en el largo y mediano plazo a las llamadas enfermedades crónicas no transmisibles, como son diabetes mellitus, hipertensión arterial, colesterol elevado y varios tipos de cáncer, entre muchas otras. Las enfermedades a largo plazo que se ven venir, como consecuencia de esto, están siendo una preocupación en muchos países. Chile ha sido considerado por la OMS, en su reciente cumbre de Ginebra, como una de los países con mayor índice de obesidad infantil. De acuerdo a la información contenida en el mapa nutricional 2003 de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas JUNAEB, la prevalencia de obesidad en niños de primer año básico es de 16,9% en el país. La meta para el 2010 en este grupo etario es disminuir al 12% INTA. La obesidad puede definirse como la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, aunque en realidad es una enfermedad que implica mucho más que eso: dificultades para respirar, ahogo, interferencias en el sueño, somnolencia, problemas ortopédicos, trastornos cutáneos, transpiración excesiva, hinchazón de los pies y los tobillos, trastornos menstruales en las mujeres y mayor riesgo de enfermedad coronaria, diabetes, asma, cáncer y enfermedad de la vesícula biliar son todos problemas asociados al exceso de peso. A todos estos trastornos físicos hay que sumarles los problemas psicológicos provocados por la discriminación social y las dificultades para relacionarse con los demás que sufre una persona cuya figura desborda los límites de la silueta saludable. Ademá en la infancia el problema puede ser aún mayor por la angustia que provoca en el niño la cruel discriminación de los compañeros del colegio y amigos. La obesidad se produce por un desbalance entre la energía que el cuerpo necesita para desarrollar sus funciones básicas y la energía que se consume, esto puede ser producido por un aumento exagerado de la ingesta de energía, por un gasto energético disminuido o por una mezcla de ambos que se mantiene durante un tiempo. A través de estudios epidemiológicos se ha sugerido la existencia de tres períodos claves en el desarrollo de la obesidad infantil, éstos son: los primeros meses de vida, entre los 5 y 7 años de edad y en la adolescencia. Se ha determinado además la posibilidad de presentar obesidad en la edad adulta dependiendo de la edad en que el niño presente obesidad, es así como los niños obesos a los 6 meses de edad tienen un 14% de posibilidades de ser obesos en la edad adulta, este porcentaje aumenta a 41% si la obesidad se mantiene a los 7 años, 70% si es entre los 10 y 13 años y 80% si es obeso en la adolescencia, con esto se hace notar la importancia de tratar a los niños obesos a la edad más temprana posible, para de esta forma evitar que esta condición se mantenga hasta la edad adulta. Un niño se considera que es obeso cuando su peso sobrepasa el 20% de su peso ideal. Si bien Chile produce sobre cuatro millones de toneladas de fruta al año de las cuales cerca de la mitad permanece en el país para consumo de la población, también es un hecho que el consumo real es muy inferior al necesario de acuerdo a los actuales estándares y lineamientos de la estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece la ingesta de 5 porciones diarias de frutas y verduras como mínimo ideal para reducir la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles. Precisamente, según el último informe de salud de dicha entidad (2003), el bajo consumo de verduras y frutas está dentro de los 10 principales factores de riesgo asociados a estas patologías. Asimismo, se estima que anualmente se podrían salvar 2,7 millones de vidas en el mundo con un consumo suficiente de estos alimentos. Por ello, el consumo de hortalizas en la dieta humana, especialmente en menores, son de mucha importancia para un buen desarrollo y prevención de enfermedades. Debido a la necesidad que existe de orientar a la población infantil a aumentar el consumo de hortalizas y mi afán por ayudar de alguna manera a este mundo, es que estoy trabajando en crear una estrategia para introducir en la alimentación infantil productos miniaturas Como futura Ingeniero Agronomo estoy eestudiando la posibilidad de producir hortalizas miniaturas, estas hortalizas mini son cultivadas a la perfección y totalmente maduras. Otras variedades se recolectan inmaduras, es decir, cuando todavía no han acabado su ciclo de crecimiento, estas hortalizas contienen valores nutricionales iguales a las hortalizas de tamaño normal, con la ventaja que ofrecen un sabor mucho más suave y delicado. El concepto de mini hortaliza va estrechamente ligado a las necesidades de un consumidor cada día más exigente. Lo que hasta ahora se considera parte de la cocina de alto standing se ha convertido en un producto para el mercado minorista de alto valor nutricional, que desarrolla hábitos de consumo de productos en fresco en los más pequeños, es decir, dietas sanas. Tras la extensa gama de variedades de mini hortalizas, lo que ahora busca el mercado es una presentación atractiva. Si bien es cierto que el mercado de las mini hortalizas es muy pequeño relacionado con el mercado tradicional, también es cierto que el consumidor busca cada vez más productos menos voluminosos, de consumo individual. Aunque el baby esta restringido todavía a pequeños mercados o unidades familiares de pequeño tamaño, se prevé que las tendencias de los últimos años se dirijan hacia estas pequeñas hortalizas. Es importante destacar la poca información existente sobre la producción de estas hortalizas miniatura, por lo que cabe mencionar que los resultados obtenidos en esta investigación, constituirán una base para los futuros estudios respecto a estos productos.